SANTA ROSA DE OSOS - VALDIVIA

He salido tarde de santa Rosa tratando de solucionar un problema de cobertura con la tarjeta movistar de Colombia, al final compré una SIM CARD de Comcel (3 € ) que en Valdivia se quedó sin cobertura, un chico que repara teléfonos me regalo una de Tigo, pero no sabia el número así que no la puedo recargar, bueno mañana será otro día.
El camino continua a través de los andes colombianos, una carretera en dientes de sierra continuos, con dos puertos duros de subir de unos 6 km y con pendientes del 6 o 7 %. A la salida de Santa Rosa pregunté como era el perfil hasta aquí y me dijeron que era llanito, así que se me hicieron interminables las rampas esperando el llano. Debe ser que aquí a los puertos les llaman llanitos, lo cual no me extrañaría por que alguien me dijo que aquí las vacas son los caballos y los perros las ovejas, en fin Colombia "It is different" .El paisaje de los Andes es como Asturias, quizás lo único que lo diferencia es la sucesión de picos de alturas que rondan los 3.000 o 4.000 metros, por lo demás también se ven pastar vacas por todos los lados. La imagen de la carretera son la multitud de estaderos (áreas de servicio), lavaderos de camiones y residencias (locales para dormir muy básicos) que hacen imposible quedarse sin alojamiento aunque sea muy modesto.
La etapa de hoy termino una vez bajado gran parte del puerto de Ventanas ( unos 15 km) hasta Valdivia, el descenso es de vértigo, se pueden alcanzar velocidades de hasta 70 km/h, con la bicicleta cargada es como la maquina estrella de un parque de atracciones. Hay que tener cuidado en las curvas cerradas, por que los camiones adelantan sin pensar si viene, otro camión, otro coche y menos una bicicleta de frente. Hay que estar aquí para ver como adelantan en las curvas subiendo o bajando el puerto ¡¡¡ se te hiela la sangre¡¡¡
Como dicen aquí en los carteles "el ejercito esta en la vía, circule con seguridad" y es verdad cada pocos kilómetros hay un puesto del ejercito. En Valdivia esta por todos los rincones, aquí que los puedo observar con detenimiento, no deja de sorprenderme como se mueven. Me llama la atención que si no fuese por el uniforme serian unos civiles más, en la plaza debe haber como unos 100 soldados pero menos vigilar parecen hacer de todo, unos están ligando con la dependienta, otros sentados en las terrazas tomando algo, otros paseando con la novia en un brazo y la metralleta en el otro y el ultimo esta chateando por Internet a mi lado. Ya me conoce medio pueblo así que se me van acercando para hacerme propuestas aquí al ciber (parece mi oficina) uno que es coleccionista que le cambie monedas de euro, otro que es peluquero de los de hacer dibujos en el pelo, que me lo lleve para España, que es un fenómeno haciendo dibujos también en la barba, otro a preguntarme donde tiene que arreglar los papeles para ir a Barcelona, así hasta nueve he atendido ya, para que después digan que si no me aburro viajando solo.
Para encontrar el hotel, poco mas tengo que ir palpando las paredes, porque no tiene ninguno nombre, ni indicativos como hoteles, al final encontré uno con unas escaleras muy empinadas por las casi no cabía la bicicleta, pero me arreglé para subirla. Me quedé con la suite por 7 € es una habitación de 3 por 3 metros con cama grande y la ducha (solo agua fría) es el suelo de un pequeño servicio donde casi no entra la taza, eso si es limpia y tiene ventana, por eso es una suite.
He cenado, para los colombianos comido, en una terraza de la plaza del pueblo con la silla pegada a un camión blindado del ejército, que no me dejaba ver muy bien la enorme iglesia que disfrutan los parroquianos, tiene una cúpula que parece la del Vaticano. El menú (3 € ) ha sido primero sopa de guineo después una bandeja de res que incluye arroz, huevo frito, patatas fritas, plátano macho frito, tomate en ensalada y la res, para llenar un hueco que me faltaba me pedí también un pollo sudao y una arepa que sorprendentemente era una bolita de pan poco hecho, resulta que aquí en esta zona las arepas que aprendí a pedir en Medellín se llaman telitas, lo mismo que lo de que los caballos que en Colombia son vacas( esto de los caballos es un juego entre amigos de aquí, no lo vayáis a tomar en serio)
En fin Valdivia es un bonito pueblo en los Andes colombianos, con mucha vida y música en la calle, un lugar ideal para pasar la noche.
0 comentarios